La cultura de desinformación en contra del futbolista venezolano

En días pasados “Carlos Dickson dejó por un canal digital de ex-futbolistas un link a un artículo suyo titulado: ¿Futbolistas al poder? (Ver: http://www.balonazos.com/futbolistas-al-poder/).

Dicho artículo no debe pasar desapercibido por esta comunidad de exjugadores y de figuras de nuestro fútbol. Y digo esto porque el artículo es una muestra inequívoca de como se intenta perpetuar, de manera inconsciente, o no, falacias diseñadas para desinformar y hasta menospreciar al esfuerzo de futbolista nacional en la lucha por la dignidad y buena gestión del fútbol venezolano. 


En este artículo, Dickson va mas allá de la trillada e infundada frase de que “el futbolista venezolano necesita trabajar desde abajo o desde adentro” para poder aspirar a cambiar al futbol, y se atreve a argumentar que los futbolistas venezolanos somos cómplices por omisión de ese mal de la dirigencia corrupta, y cito: 


Cuando los políticos venezolanos se dieron cuenta de que el fútbol era una vitrina para sus manejos, comenzaron a tomar los espacios de la dirigencia. Llegaron todos esos personajes, que ahora criticamos,  porque los ex-futbolistas mismos les dieron la posibilidad. No sólo porque no aparecieron en las pequeñas estructuras futbolísticas de las comunidades, si acaso con alguna academia, sino porque se desentendieron del tema dirigencial.

 

Entonces, ahora, no pueden aparecer reclamando espacios porque la mayoría están impedidos de penetrar en ese fútbol aficionado que es el que ha gobernado los destinos de la Federación Venezolana de Fútbol” 


Dickson termina justificando su tesis detractora — y ficticia — contra los ex-futbolistas venezolanos, recomendando a estos a aspirar emular reiterados ejemplos de extraordinarios jugadores internacionales que continuan sus carreras de éxito después de retirarse transformándose en supuestos casos de dirigentes positivos y de cambio como el de Platini y otros más. 


Lo primero que hay que dejar claro de una vez por todas es que eso de argumentar que el futbolista venezolano tiene que trabajar "desde abajo o desde adentro” para cambiar al futbol equivale a ignorar los muchos ejemplos que han dado los ex-futbolistas venezolanos luchando “desde abajo y desde adentro” por el futbol venezolano sin obtener los resultados deseados.  


Esa cultura de enajenar al ex-futbolista del rol de dirigente federativo, o la de someterlo a sus intereses, la sembró durante décadas el máximo exponente de la corrupción federativa que ha tenido Venezuela.  Desde su ascenso al poder, hace mas de 40 años, el hoy criminal confeso de corrupción en el futbol internacional eliminó de la contienda por el plano federativo a los dos últimos exjugadores que tenían años luchando por alcanzar la dirigencia del fútbol y que incluso llegaron a liderar este organismo federativo por cortos periodos: el ex-futbolista e ingeniero Asdrubal Olivares y el ex-futbolista y contador José Angel Vidal Douglas.


Desde ese primer momento en el que ascendió, la administración de este corrupto personaje modificó cuanta norma pudo para consolidar su poder e insertó una cultura de subyugación del talento con capacidad para la dirigencia, a sus intereses personales. En otras palabras, convirtió a la Federacion en “su negocio” y cambió cuanta norma federativa pudo para perpetuarse en el poder, implementando una cultura federativa que alejara permanentemente o “invitara a someterse a sus intereses” a quien pudiera oponérsele.  


Dicho proceso se acentuó además porque justo en esa ventana de tiempo en la que entró al poder, la industria de futbol moderno en la región creció en riqueza de forma acelerada debido a la explosión del negocio de la transmisión de futbol por TV, beneficiando directamente — y hasta sin mucho esfuerzo — al futbol Venezolano.  Este fenómeno fue ampliado a su máxima expresión en la primera década del presente siglo, con la organización de la Copa America del 2007, generándose una época de crecimiento exponencial de la riqueza disponible para el fútbol y la inserción negociada de protagonistas ajenos al futbol con ambición del poder, cerrando así cualquier espacio para que entrase alguien que no representara esos oscuros intereses. Esas circunstancias generaron tan voraz apetito de corrupción federativa que terminó por llamar la atención — y la condena — de las autoridades internacionales. 


A pesar de lo complicado que era aspirar a la dirigencia en ese marco histórico, caracterizado obviamente por la decadencia de la dirigencia del fútbol venezolano, muchos fueron los ex-futbolistas que asumieron el reto de luchar desde donde fuese para mejorar a la dirigencia.  La primera via y la mas experimentada fue la de “luchar desde adentro”, integrándose como creyeron pertinente, a las filas de la dirigencia federativa en diferentes cargos y niveles de responsabilidad. Figuras históricas de nuestra Vinotinto, muchos enconados opositores del máximo líder federativo de entonces, como Luis Mendoza o Luis Ignacio Sanglade, ocuparon puestos de alta jerarquía en el consejo directivo de la Federación.  También lo hicieron otras figuras Vinotinto históricas como Luis Volpe, el Dr. Antonio Marcano y entre otros. 


También existen variados ejemplos de ex-futbolistas que hicieron grandes esfuerzos como presidentes de asociaciones, o transformados en empresarios y dueños de clubes que intentaron “luchar desde adentro”, para ayudar a mejorar la dirigencia del fútbol venezolano durante estás últimas 4 décadas.  


Lo común que tienen todos estos encomiables esfuerzos de exjugadores, muchos glorias históricas de nuestra vinotinto, es que todos aceptaron el reto de “luchar desde adentro a mejorar el futbol venezolano”, y que todos concluyeron o en esfuerzos que pasaron desapercibidos sin lograr algún cambio que adecentara la gestión federativa, o que hasta salieran desprestigiados por intentarlo. 


Lo que es aún mas significativo, es que varios de esos ex-jugadores que se atrevieron a “intentar cambiar la dirigencia federativa desde adentro” también fueron partícipes de lo que representa quizás el movimiento de ex-jugadores en oposición a la dirigencia de la federación mas importante que haya sido organizado.  Dicho movimiento comenzó en los años 80 con la creación de la Asociación Unica de Jugadores Profesionales y la posterior Asociación sin fines de lucro: “Futbol Mejor”. 


Ambas organizaciones creadas por ex-futbolistas son ejemplos de que los movimientos de oposición presentan alternativas eficientes para ayudar a mejorar la dirigencia de nuestro futbol sobretodo si se compara con los numerosos esfuerzos de exjugadores que fueron aislados dentro de una institución ensamblada para perpetuar a sus viciadas autoridades en el poder. (Para mas información sobre  lo que logró esa generación de exjugadores recomiendo leer: https://www.venezuelafutbol.com.ve/rol-protagonico-de-las-generaciones-de-futbolistas-profesionales-de-venezuela-en-la-lucha-por-la-dignidad-de-la-profesion/ )


Permítanme concluir esta replica citando un par de anécdotas personales para poner en contexto real la desatinada comparación que encima quieren hacer de esos esfuerzos de ex-futbolistas venezolanos al compararlos con exjugadores internacionales convertidos en dirigentes mundiales del futbol. Hablemos entonces del ejemplo de Platini.


Conocí bien a Platini.  Me tocó colaborar con él durante el mundial de Francia 98. Todavía recuerdo muy bien la primera reunión donde nos conocimos en Paris, donde ambos participamos como colegas directivos de mundiales consecutivos. A mí me tocaba el honor de entregarle la solución tecnológica que desarrolle con mi equipo para USA 94 qué, según nuestro acuerdo con FIFA, pasaría a ser también la solución oficial de Francia 98 y mundiales subsecuentes. En aquella reunión Platini abrió nuestra reunion con una inesperada pregunta personal: “Me dijeron que habías sido jugador de fútbol en Venezuela, es eso cierto?”. “Si” le contesté enseguida. Prosiguió su interrogatorio preguntándome como es que llegue a ser Vice-Presidente del mundial de EEUU, y después de mi respuesta me dijo, “Supongo que menos mal que te fuiste a EEUU, porque nunca hubieses llegado a ser vicepresidente de un mundial si te hubieses quedado Venezuela.” 


Intenté ampliar nuestra aparente conexión como ex-futbolistas hablando de la lucha por crear el sindicato de jugadores profesionales de Venezuela que aún tenía fresca en mi memoria, y la resistencia de la dirigencia de ese entonces.  Pero él se distanció enseguida del tema argumentando que sabía poco sobre el carácter de los dirigentes de entonces y haciendo énfasis en que él hasta ese momento de su carrera, había sido tan solo jugador y entrenador de clubes, nunca dirigente.


Una década más tarde, después de otra década aún más intensa en Venezuela con Fútbol Mejor, aquella conversación con Platini tomó mayor importancia personal cuando fui invitado a Frankfurt, Alemania, en calidad de Ponente, al Forum Mundial de Marketing Deportivo del 2008.  


En ese evento, durante un cocktail de bienvenida entre personalidades del futbol europeo, uno de los invitados se dirigió a mi preguntándome “Cheche, sabes cuantos ex-futbolistas han sido máximos dirigentes de un mundial?”.  “Varios” le contesté enseguida, y le cite los nombres de Platini y Beckenbauer como ejemplos.  A lo que mi interlocutor replicó enseguida: “si varios, pero tu pareces ser el único que llego a ser máximo dirigente de un mundial en un país diferente al que te hiciste como jugador.”  


“Uhm, no lo había visto así nunca, pero parece verdad” le conteste. La conversación interesó a otros invitados presentes, la mayoría profesionales de la industria del futbol europeo, y varios prosiguieron con comentarios analizando cómo los clubes de ese continente sirvieron de catapulta de las carreras de grandes jugadores como Platini y Beckenbauer aun después de retirados. 


Mi sorpresa fue aún mayor al constatar la reacción de varios de mis interlocutores cuando les comenté de mis experiencias creando la Asociacion de Futbolistas Profesionales de Venezuela y mi frustrado intento de participar en la elecciones de la Federación con el objetivo de transformar la organización de la Copa America 2007 en un legado para el fútbol de Venezuela similar al que el Mundial del 94 dejó para EEUU y el mundo. “Ambos, Platini y Beckenbauer, terminaron ocupando cargos importantes como dirigentes de la UEFA y hasta la FIFA gracias al apoyo de sus Federaciones y clubes, quienes le impulsaron para que alcanzaran sus respectivos roles con los mundiales de Francia 98 y Alemania 2006” me respondieron varios resumiendo las experiencias.  “Ninguno de los dos tenia experiencia previa en cargos semejantes en sus respectivas federaciones” concluyeron. Y afirmaron de manera conclusiva: “Sin el apoyo de sus clubes nunca hubieran llegado a donde llegaron.”


Aquella casual conversación abrió para mi una nueva, quizás tardía pero real perspectiva, de lo que había vivido en Venezuela durante ese par de décadas al enfrentarme con esa tesis mitológica creada por federativos corruptos de que había que empezar "desde abajo” o “desde adentro” para hacer lo que queríamos y de encima intentar citar como ejemplos a Platini o Beckenbauer como modelos de esas falsas teorías. No en vano ambos ejemplos culminaron además con la afectación de la reputación de tan dignos ejemplos de carreras como futbolistas al terminar salpicados de casos de corrupción dentro de las organizaciones federativas a la que se prestaron a servir como dirigentes.


Así pues que intentar pasar la responsabilidad de la corrupción y la mala dirigencia federativa a los ex-futbolistas es simplemente una aseveración desconsiderada e infundada. Además parece ser una extrapolación de la cultura de desinformación, avasallamiento y sumisión creada por la dirigencia corrupta en contra de la participación del futbolista en la dirigencia del futbol de Venezuela desde la oposición.


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