Por que pienso que los dirigentes de nuestro futbol no deben renunciar
Llevo toda mi vida viviendo de cerca a nuestra Vinotinto, y desde que recuerdo, con mejores o peores resultados, cada ciclo mundialista termina con una reacción de frustración de los venezolanos.
El número de venezolanos que comparten esa frustración y el ardor con el que manifiestan su reclamo, parece aumentar ciclo tras ciclo.
Sin embargo, a pesar del aparente incremento de la presión pública, la experiencia siempre termina con la misma solución por parte de los dirigentes: el sacrificio del entrenador.
Y así, como si el cambio de entrenador fuese el bálsamo milagroso que va a mejorar los resultados de la Vinotinto, o una solución mágica para mejorar los males de nuestro fútbol, la frustración pública se va desvaneciendo siempre, transformándose en la esperanza de que mejores resultados llegarán con una selección que viene.
Y así tenemos casi siete ciclos mundialistas con estos dirigentes repitiendo la misma novela. No hay que ser vidente para entender que el resultado futuro seguirá siendo el mismo del pasado si seguimos repitiendo la solución.
Pero esta vez parece diferente: los venezolanos parecen no estar dispuestos a que los sigan engañando con otro sacrificio de otro entrenador.
Esta vez, el público parece tener muy claro que los malos resultados de la Vinotinto son fundamentalmente el resultado de décadas de paupérrima gestión.
Y quizás por eso, el público, y hasta muchos jugadores, comunican su descontento pidiendo que sean los dirigentes quienes renuncien.
Sin embargo, pienso que de nada nos sirve que estos dirigentes renuncien ahora. Si hicieran caso, se irían dejando atrás la culpa, y nos dejarían con los que representan la continuidad de sus intereses en la Federación.
Lo que hay que exigir a estos dirigentes, en vez de que renuncien, es que se comprometan a ejecutar una acción muy necesaria para mejorar el fútbol del país: que presenten inmediatamente un nuevo Reglamento Electoral que permita la democratización y la transparencia en las elecciones de las autoridades de la Federación.
Lograr la modificación del reglamento electoral es lo mas importante e inmediato que se debe lograr para aspirar a un mejor futuro para nuestro fútbol y nuestra Vinotinto.
El reglamento electoral existente esta diseñado para asegurar la permanencia del hoy procesado por corrupción en Nueva York, o en su defecto, la continuidad de todos aquellos individuos asociados a sus intereses que permanecen consolidados en la Federación.
Lo primero que se debe exigir es que el reglamento electoral de la Federación permita nominar a líderes de mérito de la comunidad futbolística del país, de comprobada experiencia, con ideas, valores y principios diferentes a los que están.
Y así como es importante poder votar por personas de valor que no estén viciadas por el sistema, lo segundo que también se tiene que exigir es que se modifique el universo electoral para que pueda votar una representación verdadera de la comunidad futbolística del país.
El proceso electoral existente permite el injusto predominio del voto de los clubes Profesionales por sobre el resto de la comunidad, no permite el voto verdaderamente representativo de los Jugadores, ni de los entrenadores, ni los árbitros, y tampoco representa justamente a los cientos, sino miles de clubes de fútbol base que existen en el país.
Hay otras cosas que hay que arreglar que podremos discutir mas adelante, como el excesivo control del gobierno sobre las asociaciones de fútbol de cada estado con fines político-partidistas. Pero son factores que ameritan una ampliación de la discusión a otros temas, como la Ley del Deporte existente, y que solo se podrán plantear si se logran los cambios fundamentales, descritos anteriormente, en el proceso electoral.
Quedan apenas unos nueve meses para que se de comienzo al proceso electoral, con las elecciones de clubes y Asociaciones de Fútbol de cada Estado del País.
Hay que luchar desde ahora para que el Reglamento Electoral se modifique y se haga de conocimiento público inmediatamente.
Por cierto, si el Presidente Interino no modifica el reglamento, quedara como cómplice histórico del que fue su jefe, y de los que queden después de otro proceso electoral asegurado para que ellos continúen.
Y por eso reitero mi llamado a la comunidad futbolística de Venezuela, en vez de pedir la renuncia de los Federativos, luchemos desde ya por la democratización del proceso electoral de la FVF. Ese es el único camino que representa el verdadero cambio para mejorar a nuestro fútbol.
El número de venezolanos que comparten esa frustración y el ardor con el que manifiestan su reclamo, parece aumentar ciclo tras ciclo.
Sin embargo, a pesar del aparente incremento de la presión pública, la experiencia siempre termina con la misma solución por parte de los dirigentes: el sacrificio del entrenador.
Y así, como si el cambio de entrenador fuese el bálsamo milagroso que va a mejorar los resultados de la Vinotinto, o una solución mágica para mejorar los males de nuestro fútbol, la frustración pública se va desvaneciendo siempre, transformándose en la esperanza de que mejores resultados llegarán con una selección que viene.
Y así tenemos casi siete ciclos mundialistas con estos dirigentes repitiendo la misma novela. No hay que ser vidente para entender que el resultado futuro seguirá siendo el mismo del pasado si seguimos repitiendo la solución.
Pero esta vez parece diferente: los venezolanos parecen no estar dispuestos a que los sigan engañando con otro sacrificio de otro entrenador.
Esta vez, el público parece tener muy claro que los malos resultados de la Vinotinto son fundamentalmente el resultado de décadas de paupérrima gestión.
Y quizás por eso, el público, y hasta muchos jugadores, comunican su descontento pidiendo que sean los dirigentes quienes renuncien.
Sin embargo, pienso que de nada nos sirve que estos dirigentes renuncien ahora. Si hicieran caso, se irían dejando atrás la culpa, y nos dejarían con los que representan la continuidad de sus intereses en la Federación.
Lo que hay que exigir a estos dirigentes, en vez de que renuncien, es que se comprometan a ejecutar una acción muy necesaria para mejorar el fútbol del país: que presenten inmediatamente un nuevo Reglamento Electoral que permita la democratización y la transparencia en las elecciones de las autoridades de la Federación.
Lograr la modificación del reglamento electoral es lo mas importante e inmediato que se debe lograr para aspirar a un mejor futuro para nuestro fútbol y nuestra Vinotinto.
El reglamento electoral existente esta diseñado para asegurar la permanencia del hoy procesado por corrupción en Nueva York, o en su defecto, la continuidad de todos aquellos individuos asociados a sus intereses que permanecen consolidados en la Federación.
Lo primero que se debe exigir es que el reglamento electoral de la Federación permita nominar a líderes de mérito de la comunidad futbolística del país, de comprobada experiencia, con ideas, valores y principios diferentes a los que están.
Y así como es importante poder votar por personas de valor que no estén viciadas por el sistema, lo segundo que también se tiene que exigir es que se modifique el universo electoral para que pueda votar una representación verdadera de la comunidad futbolística del país.
El proceso electoral existente permite el injusto predominio del voto de los clubes Profesionales por sobre el resto de la comunidad, no permite el voto verdaderamente representativo de los Jugadores, ni de los entrenadores, ni los árbitros, y tampoco representa justamente a los cientos, sino miles de clubes de fútbol base que existen en el país.
Hay otras cosas que hay que arreglar que podremos discutir mas adelante, como el excesivo control del gobierno sobre las asociaciones de fútbol de cada estado con fines político-partidistas. Pero son factores que ameritan una ampliación de la discusión a otros temas, como la Ley del Deporte existente, y que solo se podrán plantear si se logran los cambios fundamentales, descritos anteriormente, en el proceso electoral.
Quedan apenas unos nueve meses para que se de comienzo al proceso electoral, con las elecciones de clubes y Asociaciones de Fútbol de cada Estado del País.
Hay que luchar desde ahora para que el Reglamento Electoral se modifique y se haga de conocimiento público inmediatamente.
Por cierto, si el Presidente Interino no modifica el reglamento, quedara como cómplice histórico del que fue su jefe, y de los que queden después de otro proceso electoral asegurado para que ellos continúen.
Y por eso reitero mi llamado a la comunidad futbolística de Venezuela, en vez de pedir la renuncia de los Federativos, luchemos desde ya por la democratización del proceso electoral de la FVF. Ese es el único camino que representa el verdadero cambio para mejorar a nuestro fútbol.
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