RCTV, LA VINO TINTO, LA COPA AMÉRICA Y VENEZUELA

Que hermosa ofrenda es la que le están rindiendo a la democracia nuestros estudiantes. Desde cualquier esquina de nuestro país, y hasta cualquier recinto de nuestra geografía política, es maravilloso constatar los pasos agigantados de una juventud que reclama desde lo más profundo de su idealismo, la necesidad de que Venezuela sea de verdad, de todos.

Si bien creo que es extraordinario constatar el resurgimiento de los estudiantes como un esperado despertar de las juventudes de nuestro país, es decir, el de la participación activa de la conciencia de nuestro futuro, también creo que es muy importante porque lo hacen pidiendo a gritos una Venezuela que respete las libertades democráticas de todos los venezolanos.

Y es que lo de RCTV significa ya un antes y un después para nuestro país. Si bien resulta difícil defender los intereses de un empresario o una empresa cuyo pasado es tan extenso y con tantas variantes, resulta más difícil quedarse callado ante las injusticias políticas que evidenciamos hoy en Venezuela. Ni siquiera el fútbol, y por ende la Vinotinto o la mismísima Copa América han escapado de esta realidad.

RCTV ha sido, sin duda alguna, la estación de televisión que más ha apoyado al fútbol venezolano. La demostración de su interés por nuestro fútbol la llevó no sólo a la transmisión de campeonatos de fútbol profesional mucho antes de que éste asomase una beta comercial explotable, sino que llegó inclusive a participar como fuente financiera de una de las primeras versiones del club que hoy día todos conocen como el Caracas FC.

Y ese canal que históricamente ha sido el canal del fútbol venezolano, ha sido golpeado por una vil acción política que tiene muchos paralelos con la toma de nuestro fútbol por parte del gobierno, y que hoy día se prepara a presentar al mundo con la Copa América. Una acción política por cierto, que se extiende mucho más allá de la simple libertad de prensa y que abarca el espectro de nuestra democracia, lo que podría resumirse en simplemente una amenaza más a nuestra libertad.

El caso de RCTV no se puede analizar de forma aislada, como si fuese un caso sin ninguna correlación con lo que sucede en Venezuela. Especialmente si lo que queremos ver es lo que pasa en la mente de los venezolanos. Para ello hay que recordar que este paso se enmarca dentro de una Venezuela donde el presidente anuncia su deseo de cambiar la constitución para poder liderar el país por más de 20 años sin interrupción, y que la Asamblea Nacional (que está conformada por individuos de una sola corriente política, la del Gobierno) le otorgue una especie de "carta blanca" para poder transformar la carta magna de nuestro país en el máximo instrumento de eso que llaman el socialismo del siglo XXI y que incluye, por supuesto, la abolición de ese importante concepto democrático como lo es la alternancia presidencial. Como si eso fuese poco, para meterle miedo a cualquier ciudadano, lo de RCTV sucede también justo cuando el presidente lidera desde su cargo la creación del Partido Socialista Único de Venezuela, y lo hace utilizando de manera nada transparente a las instituciones públicas del país para la inscripción de sus seguidores. Como último detalle en este punto, no se puede dejar de lado que todo ello también ocurre mientras el estado "compra" las principales empresas de telecomunicaciones y de electricidad. Es difícil imaginarse ser un individuo en esta sociedad y no sentirse abrumado por tanto control en manos del Estado. Y todo eso sin describir siquiera el método nada democrático y hasta vulgar que utiliza el presidente para comunicar la mayoría de sus cambios.

Llevado al fútbol, lo que vivió RCTV “en nombre de la democracia del espectro radial”, equivaldría en el fútbol a jugar en una liga donde el equipo contrario es el único dueño de la liga, el balón, y hasta el resto de los equipos contrarios. Cosa que por cierto como verán más adelante, no está muy lejos de la realidad futbolística del país.

Así pues llegamos a la Copa América, un evento cuya organización posee muchas similitudes con el caso de RCTV, y que se utiliza para ahondar aún más en la herida de ese canal. Una historia de “politización” deportiva que comenzó hace tres años, con unas elecciones federativas en el fútbol nacional que no fueron más que un ensamblaje estratégico de una política de apropiamiento de todos los espacios del país por parte del Gobierno, incluyendo el fútbol, y sobre todo, a la Copa América.

Y es que hace tres años se vivió el comienzo de la avanzada gubernamental en el fútbol a raíz de la Copa América. Durante una de las elecciones de federaciones deportivas más sonadas en la historia reciente de Venezuela, un grupo oficialista participó de forma abierta en el proceso final electoral bajo el nombre de la plancha de “Fútbol Popular”. Y digo abiertamente, porque si bien el otro grupo, liderado por el actual presidente de la Federación, quiso siempre parecer de otra corriente, su plancha estaba integrada por personeros representativos del gobierno nacional con intereses que iban mucho más allá del fútbol. Como si fuera eso poco, la mayoría de las organizaciones del fútbol profesional venezolano estaban ya en manos del gobierno. Como información adicional, 9 de los 10 equipos de fútbol profesional estaban y siguen estando en mano del gobierno. Me pregunto dónde están los intereses del gobierno por “democratizar el espectro futbolístico” en este caso.

Así como pasó con RCTV, lo de aquella elección no se podía ver por sí sola, había que verla en su contexto político. Lo que parecía un enfrentamiento de dos planchas de diferente color político era en verdad el enfrentamiento de dos organizaciones de un mismo color que se enfrentaban como parte de una misma estrategia del gobierno. La estrategia era apoderarse de la Federación de Fútbol y de las federaciones deportivas en general. Apoderarse de las federaciones era apoderarse del Movimiento Olímpico. Y así lo hicieron. Hoy día, Venezuela tiene una conformación institucional del deporte que sólo se puede comparar con la de Cuba y la de la extinta Unión Soviética, con un control gubernamental absoluto donde el Presidente del viejo Instituto de Deportes goza ahora del importante cargo de Ministro del Deporte y más significativamente, el de Presidente del Comité Olímpico Venezolano. En pocas palabras, una especie de “Zar del Deporte” que posee el control de cuanta organización deportiva existe en el país.

Y de nada servía entonces luchar desde “la calle del medio” tal y como lo hacen hoy en día nuestros estudiantes. En aquél momento la división del país acababa con aquellos que queríamos luchar democráticamente por los intereses de nuestras comunidades desde los intereses mismos de esas comunidades. Así, luchar por los intereses del fútbol entonces representaba una lucha sin cuartel ni colaboradores. No sólo se enfrentaba uno al letargo de una comunidad acostumbrada a no tener participación en la Federación Venezolana de Fútbol y pasar por un proceso de elecciones que distaron mucho de ser transparentes. A este respecto y como ejemplo de los obstáculos enfrentados, hoy día todavía existen dos organizaciones que optaron a las elecciones de las asociaciones de fútbol que siguen sin escuchar respuesta a su reclamo de irregularidades durante el proceso de elecciones.

Como si ello fuese poco, entonces había que luchar además contra nuevos elementos generados por el proceso más importante que el fútbol venezolano ha vivido en su historia gracias a la inminencia de la Copa América. Aquello significaba luchar contra los conflictos de intereses generados por las mismas empresas privadas que querían sacar provecho comercial de la Copa, la imperante polarización de la política nacional, y lo que para entonces era un rumor no confirmado, el incipiente deseo de control por parte del gobierno de todos los aspectos públicos del país.

Y así pues, Venezuela vivió un proceso de elecciones federativas que no solo pasó por acabar con la autonomía gubernamental de nuestra Federación, sino que se sentaron las bases para la formación de un Comité Organizador de la Copa América que parece más un organismo del Estado que está al servicio del gobierno.

En más de 30 años que tengo dedicados al deporte mundial de alta competencia (como competidor y como profesional) nunca he visto un comité organizador de un evento deportivo que tenga como su máxima figura operativa a un Vice-Presidente de un país. Más aún, y dadas las circunstancias descritas con anterioridad al respecto de nuestro “Zar Deportivo”, el Vicepresidente del mismo Comité Organizador lo constituye nada más ni nada menos que el Ministro del Deporte. El resto de los cargos del comité, con la excepción de una de las Vicepresidencias, está en manos de personeros del gobierno o afines al Partido de Gobierno y que si bien son individuos de gran experiencia política, ninguno tiene experiencia en eventos futbolísticos. Es increíble poder constatar hoy día como algunos de los operadores mas políticos de aquella plancha “enemiga” de la Federación durante las elecciones, aparecen desde el mismo momento que finalizaron las elecciones como personas claves del Comité Organizador. Quizás ahí se encuentre la razón del por qué el Presidente de la Federación de Fútbol se conforma con tan sólo una simple Vicepresidencia de dicho Comité.

Cuando comenzaron las actividades preparatorias de la Copa América el gobierno había anunciado la extraordinaria suma de trescientos millones de dólares para la construcción y el acondicionamiento de los estadios de fútbol para tan importante evento. La suma era considerable entonces, especialmente si se tiene en cuenta que para la Copa Anterior, la celebrada en Perú en el ano 2004, se calcula que los gastos de infraestructura no llegaron ni a los ochenta millones de dólares.

A días de la inauguración del evento, sólo los gastos de infraestructura para la Copa América en Venezuela sobrepasan ya, según reportes periodísticos, más de mil millones de dólares. Esta cantidad representa un treinta por ciento mas que lo asignado por Sur África para su presupuesto de infraestructura para el próximo Mundial, que es un evento casi cuatro veces mas grande que la Copa América. (ver http://www.engineeringnews.co.za/article.php?a_id=90700)

Como se trata de un Comité Organizador controlado por un mismo interés político, éste parece operar sin el mínimo respeto a los procedimientos administrativos. En el periódico de circulación vespertina “El Mundo” del día 13 de Junio, un empresario sin ninguna historia previa en el mundo del fútbol, llamado Rufo Jhon, hace gala de la historia de su amistad con el Ministro de Deporte y una amistad aún más cercana con el ex ministro de Educación (quien fue por cierto, Presidente del Comité Organizador de la Copa América antes de salir del gobierno). En el artículo dicho empresario alardea de su poderío económico en el deporte con unas declaraciones no muy revolucionarias en la cual afirma que “El deporte es un negocio”, y citaba entre sus muchas empresas deportivas, su sociedad en dos equipos de fútbol profesional, una fallida y aún difusa alianza con la misma empresa que controla la boletería de la copa América, una empresa de ingeniería con la que se le hace inspección a la construcción de tres de los nuevo estadios de la Copa América, y otra empresa con los que tiene los derechos de comercialización de los artículos oficiales de la Copa. Por si eso fuera poco, otras dos de sus empresas han sido las ganadoras de un nada despreciable treinta y cuatro por ciento (34%) de todas las licitaciones efectuadas por el Instituto Nacional de Deportes en los años 2005 y 2006. (“El Mundo”, 13-06-07 Cuerpo Deportivo, pág 10)

A pesar de la multimillonaria inversión en infraestructura futbolística, la comunidad del fútbol no verá mejoras de la estructura necesaria para jugar su deporte. Lo que si verá será el extraordinario aforo de nueve estadios que pareciesen hechos para necesidades de un plan político pero que nada tienen que ver con nuestro país futbolístico. Si juntásemos a todos los fanáticos que van a todos los partidos de una jornada promedio de fútbol de nuestra liga Profesional, no llegaríamos a cubrir ni siquiera la mitad del aforo de uno de los nueve estadios. En otras palabras, si llevásemos a todos los fanáticos de una jornada para llenar los nueve estadios, nos quedaríamos con ocho estadios y medio vacíos por la falta de público.

En un país cuyo gobierno se congratula como ejecutor de la “nueva Venezuela participativa” y se publicita constantemente una campana de que Venezuela “ahora si es de Todos”, la boletería se vende de forma desordenada, con poca transparencia, y con una distribución que pareciese parafrasear una vieja frase popular como lema: “Dime con quién andas y te diré quién tiene ticket”.

Pero lo peor de todo es que dicho control político no se ha hecho a expensas únicamente de aquellos venezolanos que quieren ver una Copa de Todos y para Todos, sino que a lo largo de los años que lleva organizándose ha excluido de su organización a venezolanos de mérito por su condición política o por la ausencia de ésta.

Y ello tiene mucho que ver por la exclusión de gente de fútbol de mérito de la organización de la copa. Gente como William Méndez, uno de los grandes medio campistas que ha dado Venezuela, ex-vinotinto, excluido de todo cuanto tenga que ver con la Copa América en su ciudad natal San Cristóbal, de la cual es el alcalde democráticamente elegido dos veces seguidas; Cesar Semidey, portero consagrado de nuestra Vinotinto en los años 80 que llegó a ser diputado representando al Estado Táchira; o Memín Sánchez, también medio campista vinotinto, hoy abogado y uno de los grandes líderes de nuestro fútbol en los 80, son algunas de las víctimas del ostracismo que viven muchos de los vinotintos retirados como consecuencia de la politización de la Organización de la Copa América. Ni hablar de los cientos de futbolistas con títulos universitarios que hubiesen querido participar de la oportunidad de organizar un evento de estas características y cuya experiencia hubiese dejado un legado de profesionales listos para mejorar las estructuras de nuestro fútbol.

Ahora anuncian la transmisión de todos los partidos en Venezuela a través del nuevo canal TeVes que argumentan ser de corte social y que toma la señal y las antenas de RCTV a través de un fallo del Tribunal Supremo de Justicia en 24 horas. Curiosamente eso fue también el tiempo que le llevó a ese mismo tribunal revertir un fallo porque éste estuvo a punto de eliminar a nuestra Vinotinto de las eliminatorias al Mundial pasado. Llama también la atención que uno de los propulsores de esa demanda es hoy uno de los principales organizadores de la copa.

Tal y como salieron hoy los estudiantes, hace poco surgió finalmente una voz de conciencia de uno de los máximos representantes de la actual Vinotinto haciendo una llamado al respeto de la libertad en nuestra sociedad: "No estoy de acuerdo con que por una ideología política se cierre un canal.” Dijo José Manuel Rey. “Yo no sé mucho de política, pero sí sé que han dejado a unas familias sin trabajo y que se empieza a sentir el problema de la libertad de expresión". Al ser consultado sobre el hecho de que con esas declaraciones este gran jugador podría ser excluido de la selección, él mismo contestó no creer que ello sea posible, ya que hay personas con distintas ideologías y eso "se respeta" en la Vinotinto. (http://www.eluniversal.com/2007/05/30/fcoam_ava_rey-se-solidariza-co_30A877291.shtml)

José Manuel Rey es quizás el defensa con la mejor carrera en la historia de Venezuela, pero con sus declaraciones pasó también a hacer historia como uno de esos deportistas que saben que desde la cancha deportiva uno también construye un país. José Manuel y la Vinotinto tienen un gran reto por delante, y todos nosotros como Vinotintos, y toda Venezuela como venezolanos apoyaremos a nuestra selección, sea cual fuese la convicción política de sus integrantes. Más importante aún, todos queremos que la Vinotinto obtenga el mejor resultado posible en la Copa América.

Lo que si no podremos ni podemos olvidar, es ese lema que la Vinotinto siempre ha tenido como valor intrínseco a su constitución como representante de Venezuela, y que todavía en nuestra selección se respeta: “La libertad de opinión y el derecho de participar en la construcción de nuestro país sea cual sea la ideología del individuo”.

La organización de la copa América ha sido un ejemplo más del atentado que sistemáticamente se hace en contra de esos principios de la Vinotinto misma en Venezuela. La segregación de individuos de mérito en el área, y la exclusión de la población que no se “alinee” a los intereses políticos de turno ha sido un constante a lo largo de toda la organización. Ante un antecedente tan claro, la Copa se presagia como el advenimiento de una campaña política más del gobierno, quien sin importarle las consecuencias humanas de sus prácticas políticas, se prepara a anunciar al mundo una obra incompleta que se cimienta en la negación constante de la participación de muchos venezolanos que hemos luchado por la inclusión social y la mejora de nuestro fútbol en Venezuela, y que sin lugar a dudas estremece las mismas entrañas democráticas que el caso de RCTV.

Suerte Vinotinto, que tus victorias nos iluminen, y que tus valores de respeto por las diferencias individuales, el reconocimiento del mérito personal de todos los jugadores, y el trabajo en equipo por un bien común se le contagien a Venezuela a pesar de una Copa América politizada.

Comentarios

Anónimo dijo…
Saludos Cheche. Si me permites quisiera postear tu opinión en mi blog www.venezuela2007.com.ve

Saludos y suerte.
Johnny dijo…
Get ready for the onslaught of paid Chavista bloggers - all of whom are from consulates from around the world paid to just respond to anti Chavez posters.

Well thought out and reasoned... but good luck finding an audience in Chavezland.

Juancho
Anónimo dijo…
Hola Cheché, excelente artículo. Un gran abrazo

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